La congestión vehicular es el segundo principal problema que afecta a la población en Lima, motivo por el cual la municipalidad instauró una reforma de transporte que, a sus 4 años de funcionamiento, no ha dado del todo los resultados esperados. Entre uno de esos deficientes productos de la reforma tenemos al Corredor Rojo 201, el cual resulta decepcionante para las personas, ya que su mala ejecución ha significado para nosotros más pérdidas de tiempo, de factores económicos, entre otros efectos negativos que se han producido. La congestión vehicular en Lima parece no tener solución, no solo por no aplicar algún plan (el Corredor) que mejore el servicio del transporte público, sino porque en estos tiempos hay muchas facilidades para adquirir un vehículo el cual satura más el parque automotor y por ende favorece a la congestión; además de la indiferencia y el crecimiento masivo de la población están aportando a ello.

​

La responsabilidad frente a este problema recae en nuestras autoridades, quienes no han considerado o diseñado estrategias que prevalezcan durante el tiempo, porque no cuentan con políticas adecuadas. Como consecuencia de estos fallos, las personas desisten al cambio por los nuevos sistemas de transporte público, teniendo en cuenta que para este caso aún es necesario el replanteo y la implementación de las rutas y unidades, lo cual beneficiaría a miles de usuarios que utilizan este medio; por qué no, en un futuro, integrar estos sistemas, con otros tipos de transporte para mejorar aún más el rendimiento del sistema público de Lima. Para terminar, debemos ser conscientes que el tráfico en Lima está en pleno colapso y que se necesita de este tipo de transporte para beneficiarse, con menos contaminación, para mitigar los efectos ambientales, para reducir el índice de accidentes de tránsito; con una solución sostenible para poder tener en cuenta las necesidades de las personas antes que los de automóviles, quienes en un futuro podrán gozar de un sistema integrado de transporte público, que es necesario en una metrópolis como la ciudad de Lima.